Hace poco saltaba la polémica por unas fotos en las que se mostraba al personal de un zoo necropsiando una jirafa ante un grupo de visitantes, incluidos niños. Luego pasó lo mismo con una necropsia de un lobo durante un curso. Obviando las causas de dichas muertes, pocas han sido las veces que alguna de mis necropsias no haya levantado el interés de alguien que estuviera cerca. Hace poco un topo "donó" su cuerpo al conocimiento (no se podría llamar ciencia como tal) durante un curso que realizamos en Salamanca, apareciendo su cadáver en mitad de un sendero por el que caminábamos.
Cadáver del topo |
Al consultarlo con la organización del curso, acordamos que sería interesante, gracias a los medios audiovisuales que disponía el centro, proyectar una "necropsia abreviada" del topo. Gracias a una cámara USB para filmación/fotografía de aproximación con un buen macro, pudimos mostrar a los asistentes información y la forma de extraer datos de un cadáver.
Publico asistiendo a la necropsia del topo |
Como hallazgos significativos, aparecieron algunos ectoparásitos inidentificables tipo "ácaro" (con aquellos medios) y un amplio traumatismo en la región dorsal de la cabeza, cuello y mitad craneal de la columna. Las hemorragias en esta zona eran generalizadas, y el cráneo mostraba una enorme fractura desde el frontal izquierdo hasta el temporal derecho. La mandíbula también estaba fracturada. Se sospecha que los insectívoros son abandonados por algunos depredadores tras haber sido matados por el olor/sabor desagradables que podrían tener.
Proyección de la necropsia durante el curso. |
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