Nota de Cazorla

Durante el mes de marzo de 2013, tuve la oportunidad de visitar nuevamente el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Desde que fui la primera vez como alumno del Máster en Gestión de la Fauna Silvestre en 2010, el resto de ocasiones ha sido como ayudante de la organización y como ponente por una charla que doy. Entre las actividades que se llevan a cabo allí, siempre ha habido necropsias de ungulados. En ocasiones planeadas, y otras veces espontáneas. 

Este año, debido a las fuertes nevadas, todo apuntaba a que probablemente no sería posible realizar ninguna necropsia. Hasta el 4º día, que encontramos una cierva muerta que los buitres habían empezado a comer. Lo primero que hicimos fue trasladarla a duras penas y como pudimos hasta un sitio seguro. Para ello tuvimos que hacer uso de nuestro ingenio y la única cuerda que había en uno de los coches de la guardería, para trasladar el cadáver de la forma más práctica e higiénica posible en aquellos momentos.

Traslado de la cierva muerta

Hicimos la necropsia de lo que pudimos, ya que había partes que faltaban por el consumo de las necrófagas. Entre los órganos examinados, se encontraron unos leves puntos blanquecinos en hígado, así como parásitos "típicos" en los ungulados silvestres de la zona, como son las miasis faringo-traqueales (Pharyngomya o Cephenemia) y los nematodos broncopulmonares.  

Nematodo broncopulmonar y larva de díptero faringo-traqueal

Al realizar la retirada de la piel del lomo, y como suele ser constumbre también, se evidenció un proceso de miasis subcutánea, probablemente por Hypoderma diana, aunque en este caso cronificados, ya que lo que encontramos eran las cicatrices fibrosas resultado del ataque del sistema inmune del animal a las larvas de las moscas. No fue tan impresionante como en otras ocasiones ya que no hubo manera de recuperar ninguna larva viva. Sin embargo, el número y aspecto de las lesiones del subcutáneo fueron objeto de comentarios por parte de los presentes.

Marcas de antiguas miasis subcutánea