domingo, 8 de mayo de 2016

¿CONFUSIONES?

Evidentemente, todos los animales están en igualdad de condiciones recibir un disparo si quien maneja el arma no tiene muchos escrúpulos o dice que "se confunde de especie". Pero la cuestión se agrava si la especie afectada no es cazable, o lo que es peor, está amenazada. En estos casos, hay que pensar que si se puede confundir una rapaz de casi 1m de envergadura con una perdiz o paloma, el mero hecho de autorizar a dicha persona a tener un arma, ya podría considerarse una temeridad. 
Ratonero disparado con escopeta
Recientemente he tenido contacto con un arma de caza (por motivos profesionales), y me ha servido para darme cuenta de que todo lo que sea más potente que el aire comprimido, no me gusta. Con aire comprimido ya se puede hacer mucho daño de manera puntual. Pero cuando se ve a pocos metros una descarga de proyectiles de una escopeta, se hace uno a la idea de lo que debe ocurrir a un animal cuando los recibe. Decenas de pequeños objetos a gran velocidad perforando diferentes tejidos y órganos al unísono.
Meloncillo con múltiples impacto de perdigones
Evitando generalizar sobre este colectivo, si se analiza el tema de la caza como lo haría alguien que no la conociera, se podría definir que es una forma de ocio (o deportes según algunos) basada en la muerte un animal. Este último aspecto cada vez tiene menos aceptación en nuestra sociedad, la cual ha ido ganando sensibilidad hasta únicamente tolerar un nivel de crueldad limitado por la necesidad de conseguir de manera viable y rentable alimento de origen animal, y de evitar a toda costa el sufrimiento innecesario. Poco a poco, el sistema parece que va cambiando. 
Cartuchos de escopeta recogidos en un humedal no autorizado para la caza

No hay comentarios:

Publicar un comentario