UNA DIMINUTA FIERA

 La comadreja (Mustela nivalis) es el carnívoro más pequeño que existe. Su esperanza de vida que rara vez supera los 10-11 meses y su diminuto tamaño la asemajan más a una presa que a un depredador. A efectos prácticos, debería plantearse considerarla como un micromamífero, ya que probablemente ejerza el mismo papel en el ecosistema como depredador y como presa a partes iguales. 

Cadáver de una hembra de comadreja cazada por perros

Es una especie que siempre me ha fascinado por este aspecto. Es como una fiera en miniatura, diseñada para dar caza a sus presas más frecuentes: roedores. Con un cuerpo tubular de casi el mismo grosor que las galerías de ratas y ratones y con un metabolismo que le proporciona gran velocidad y reflejos, las escenas que deben vivirse en el interior de las madrigueras deben ser igual de impresionantes que las observadas en las sabanas africanas.

Musculatura superficial de la cabeza de un macho de comadreja

Lo que más me ha sorprendido al tener contacto con esta especie, ha sido el curioso desarrollo cefálico que tiene, no observado en ningún otro carnívoro al que he tenido acceso: en el conjunto de la cabeza, me atrevería a decir que la musculatura masticatoria, y concretamente el músculo temporal, ocupan más del 50% de la superficie total. También destaca el poco desarrollo de la musculatura facial que aparentemente tiene.

Cráneo de hembra de comadreja

Sin embargo, casi más impresionante fue descubrir al observar el cráneo, que al contrario que ocurre con otras especies similares de pequeños mustélidos, el cráneo carecía de cresta sagital media, estando únicamente presente y poco representada la cresta occipital. Ello implica a su vez, que existe un gran desarrollo de la cavidad craneal, que de nuevo, ocupa claramente más del 50% del cráneo en su conjunto. Aún sigo pensando que habría que investigar si, en proporción, la capacidad craneal de la comadreja no está entre las más elevadas que existe en el reino animal.