De castores por Navarra

Una de las especies que desconocía hasta el punto de no haber visto ni en cautividad, era el castor. En la Península tenemos al castor europeo (Castor fiber), introducido recientemente en el Ebro y algunos de sus afluentes. Organicé mi visita a Navarra con la ayuda de David Arranz, gran agente de medio ambiente de la zona, para que me llevase a aquellos puntos donde hubiera constancia de presencia de castores.

Árbol comido por castores recientemente en Caparroso (Navarra)

Quedé con él en Urroz, para ver una zona en la que recientemente había visto marcas frescas en los árboles. Allí pude comprobar que realmente sus indicios están allí, aunque no llegué a ver huellas "buenas" que era una de las cosas que iba buscando. Sin embargo, eran frecuentes los árboles, de diferentes tallas, que mostraban marcas de sus enormes dientes. Con diámetros desde los 4 a los casi 40cms, había troncos que habían sufrido los efectos de estos roedores especialmente en aquellos puntos que salían del río creando "pasillos".

Unas de las primeras huellas de castor encontradas en Caparroso (Navarra)

Al final del día, me desplacé siguiendo sus indicaciones a Caparroso. A los pocos minutos, comprobé de nuevo que había marcas en los árboles (menos frecuentes aunque más llamativos), y que empezaban a aparecer las primeras huellas. Finalmente, y tras atravesar la "muralla" vegetal espinosa que protege el cauce de un afluente del río Aragón, llegué a una antigua playa seca que semanas antes habría estado al borde del agua. Al barrer el manto de hojarasca y raíces que cubría el barro seco, descubrí todo un "Laetoli" ribereño con huellas perfectas y duras de nutria, gineta, garduña, garza y de un castor de grandes dimensiones. Pude obtener gran cantidad de material gráfico incluso moldes de un precioso rastro que parecía haber sido preparado para una exposición.  

Conjunto de huellas descubierto en la antigua playa oculta en un afluente del río Aragón en Caparroso (Navarra)